El embrujo de una atracción recae en el poder de seducción y éste directamente en la mente. Una mente que mueva tus ojos, tu boca, tus manos... una mente que valga la pena conocer, entender, adminar. Al final siempre quedaremos rendidos ante las mentes capaces de mover los elementos que nos seduzcan. Indefectiblemente...
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