14 febrero 2021

Diez mil noches

"Mi reputación de mujeriego fue un chiste que me hizo reír con amargura las diez mil noches que pasé solo".

Leonard Cohen

Todo en juego

"Todas las cartas en la baraja. Solos en el tapete.
Sigamos las reglas, ganaremos ambos."


Conocerte

 "Si no te hubiera conocido, no sería como soy."

Continuar

 "Lo más valiente que he hecho fue continuar con mi vida cuando quería morir."

Juliette Lewis

Como un pez

 "Quiero un nido de aves sobre ramas y hojas o la cueva donde duermen los osos en su invierno. Quisiera saberme pingüino que no abandona jamás a su pareja. Aunque quisiera poder olvidarme de ti como lo harían los peces."

12 febrero 2021

FANTASMA

- Señor..., le llevaré a mi cuarto a cambio de un pedazo de pan.

El hombre se detuvo y habló con
ella, pero no pude oír su respuesta; al poco echaron a andar juntos camino de la Rue de Grenelle.

Mientras contemplaba el río helado, me pregunté brevemente cuánta hambre tendría que tener una mujer para aceptar pan de mi mano a cambio de sus servicios. No me había atrevido nunca a acercarme a una prostituta; nunca había podido enfrentarme a la humillación de que me rechazasen el dinero. El recuerdo de aquella esclava jovencita de Persia todavía me quemaba en la mente...

Algo me tiró del dobladillo de la capa y, al volverme, pensando que me iba a encontrar la elegante tela de cachemira enganchada en los restos de una valla, descubrí que yo también había sido abordado por una dama desesperada por encontrar algo que comer.
Una dama muy pequeñita...

Allí, en la calzada, casi imperceptible contra la nieve sucia,estaba sentada una gatita de color crema con las uñas de las garras de color chocolate enganchadas en la tela de mi capa. Con un grito de incredulidad y entusiasmo la levanté de la nieve y la examiné bajo la luz amarillenta de un farol de gas. Estaba endurecida de porquería, pero su raza era tan inconfundible como increíble. No había gatos siameses en Europa y, sin embargo, yo tenía uno en las mano, una joya rara y valiosa caída del cielo en aquel paisaje infernal.

Por supuesto que sabía que no podía haber caído del cielo. Algún osado viajero francés habría evidentemente conseguido escamotear una hembra del palacio de Bangkok, sabiendo que la emperatriz Eugenia estaría dispuesta a pagar con generosidad a cambio de un animal tan único.

Entonces, todas las señoras ricas habrían empezado a desvivirse por tener semejante novedad; sin duda el hombre habría esperado hacer una fortuna...

Pero la emperatriz había huido y los ricos se estaban comiendo ahora sus caballos de pura sangre de carreras. A nadie le interesaba hacerse cargo de una boca más,  tener que echar ese poco más en el puchero. Los gatos muertos se habían convertido en un elegante sucedáneo de las flores y de los dulces como regalo para un amigo enfermo; el gato hervido, servido con pistachos y aceitunas, se había transformado en un manjar para los conocedores. Yo podía imaginarme el horrible final que habría sorprendido a la madre y al resto de la camada.
Pero este animalillo había nacido para sobrevivir. Lo veía en la irreprimible travesura de sus estrábicos ojos azules. El destino, que beneficia a algunos en las circunstancias más desfavorables, la había hecho abordar a un hombre que se habría muerto de hambre antes que desollarla.

Ocultándola a buen resguardo bajo la capa, me precipité por las calles con un nuevo propósito en mis andares...

Ayesha me cambió la vida. Se habían almacenado en la Ópera más de quince mil kilos de carne de caballo en salazón, y las provisiones no se habían agotado aún del todo. Yo no podía decidirme a consumir carne de caballo, pero robaba para Ayesha y permanecía fuera de la habitación mientras ella comía, para dominar mi repugnancia.

Había muchas ratas en los sótanos y, al cabo de unas semanas, había perdido la escualidez del hambre, se había puesto lustrosa y estaba contenta. Me seguía por la casa secreta como un perrito y se sentaba a mi lado mientras trabajaba, y yo estaba impaciente porque llegase el día en que fuese lo bastante grande para llevar aquel famoso collar persa. El verla pavonearse con aquella suntuosidad robada sería un placer inimaginable. Ella era mi diversión, mi alegría, la compañera de mi soledad. Si no hubiese habido carne de caballo y ratas, habría comido carne humana: yo habría matado, si hubiese sido
necesario, para alimentar a mi querida, querida damita...

Fantasma, Susan Kay.

Iguales

“Todos somos iguales, pero algunos somos más iguales que otros”

George Orwell.

Nuestros Demonios

"Hay un sendero por el que caminan nuestros demonios. Tú decides si guiarles o seguirles."

Un saludo

En el último año y medio, quizá dos años, empecé a saludar a cada persona que pasaba a mi lado. Hola, buenos días, tardes, noches o simplemente buenas. Lo seguí haciendo porque la gente interactuaba con su respuesta y el contacto visual. Una mirada y un simple hola, ya no tan simple pues, es gratificante. Y lo es más cuando en dos años ves mucho a la misma persona, y hay una sonrisa, o un ¿Qué tal? e incluso llegar a conversar. Puedo decir que siempre me han respondido y esa es la razón por la que sigo saludando, además de que siempre esbozarás una sonrisa y sentirás gratitud. Esto me ha enriquecido y quería compartirlo. Yo estoy encantado.

Lo Primero

"Lo primero es lo primero y va después de ti."

¿Qué es Poesía?

“No olviden que a pesar de todo lo que les digan, las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo. Les contaré un secreto: no leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana; y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería, son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo o el amor son cosas que nos mantienen vivos”. 

-Robin Williams/John Keating (El club de los poetas muertos, Peter Weir, 1989)