Las olas rompían con fuerza contra el muro de aquel paseo playero.
Era aún de tarde, quedaba hora y poco para el atardecer, que ya casi
caía sobre sus cabezas.
Decidieron pasear conteplando la
violencia del mar en marea alta mientras el sol iba teñiendo de colores
vivos y tonalidades suaves aquel poco nublado ocaso.
Ellos
quedaron maravillados ante tal primaveral espectáculo. Ambos se miraron
ante lo siniestro que significaba volver a ese sitio donde tuvieron
momentos felices. Clavaron sus ojos par a par y sin pronunciar palabras sonrieron y se fundieron en un abrazo.
Y al unísono, mientras se alejaban dijeron 'gracias'... Uno dijo: ha
sido maravilloso este momento. Algo que abrumó e hizo sonrojar a su
pareja. Quien miró hacia abajo y llena de coraje subió hasta mirarle a
los ojos y decirle: si, ha sido maravilloso reeditar este momento por
última vez... pero ya ni mil ocasos, ni mil besos harán que pueda volver
a amarte. Pero si, ha sido maravilloso...
Y se abrazaron...
Y se abrazaron...