Fue muy popular en la Península, en América y en Marruecos. El tema central, las maravillosas transformaciones que sufren dos amantes perseguidos, se halla de la misma manera en las literaturas orientales que en las europeas.
A diferencia de muchos romances, el final está bien definido. Es destacable la aparición de elementos sobrenaturales o con algún poder mágico, lo que lo dotaba de cierto misterio.
AMOR MÁS PODEROSO QUE LA MUERTE
Conde Niño, por amores es niño y pasó a la mar;
va a dar agua a su caballo la mañana de San Juan.
Mientras el caballo bebe, él canta dulce cantar;
todas las aves del cielo se paraban a escuchar,
caminante que camina olvida su caminar,
navegante que navega la nave vuelve hacia allá.
La reina estaba labrando, la hija durmiendo está:
-Levantaos, Albaniña, de vuestro dulce folgar,
sentiréis cantar hermoso la sirenita del mar.
-No es la sirenita, madre, la de tan bello cantar,
si no es el Conde Niño que por mí quiere finar.
¡Quién le pudiese valer en su tan triste penar!
-Si por tus amores pena, ¡oh, malhaya su cantar!,
y porque nunca los goce yo le mandaré matar.
-Si le manda matar, madre juntos nos han de enterrar.
Él murió a la media noche, ella a los gallos cantar;
a ella como hija de reyes la entierran en el altar,
a él como hijo de conde unos pasos más atrás.
De ella nació un rosal blanco, de él nació un espino albar;
crece el uno, crece el otro, los dos se van a juntar;
las ramitas que se alcanzan fuertes abrazos se dan,
y las que no se alcanzaban no dejan de suspirar.
La reina, llena de envidia, ambos los mandó cortar;
el galán que los cortaba no cesaba de llorar.
De ella naciera una garza, de él un fuerte gavilán,
juntos vuelan por el cielo, juntos vuelan a la par.
va a dar agua a su caballo la mañana de San Juan.
Mientras el caballo bebe, él canta dulce cantar;
todas las aves del cielo se paraban a escuchar,
caminante que camina olvida su caminar,
navegante que navega la nave vuelve hacia allá.
La reina estaba labrando, la hija durmiendo está:
-Levantaos, Albaniña, de vuestro dulce folgar,
sentiréis cantar hermoso la sirenita del mar.
-No es la sirenita, madre, la de tan bello cantar,
si no es el Conde Niño que por mí quiere finar.
¡Quién le pudiese valer en su tan triste penar!
-Si por tus amores pena, ¡oh, malhaya su cantar!,
y porque nunca los goce yo le mandaré matar.
-Si le manda matar, madre juntos nos han de enterrar.
Él murió a la media noche, ella a los gallos cantar;
a ella como hija de reyes la entierran en el altar,
a él como hijo de conde unos pasos más atrás.
De ella nació un rosal blanco, de él nació un espino albar;
crece el uno, crece el otro, los dos se van a juntar;
las ramitas que se alcanzan fuertes abrazos se dan,
y las que no se alcanzaban no dejan de suspirar.
La reina, llena de envidia, ambos los mandó cortar;
el galán que los cortaba no cesaba de llorar.
De ella naciera una garza, de él un fuerte gavilán,
juntos vuelan por el cielo, juntos vuelan a la par.
Leí por primera vez este romance cuando apenas tenía ocho años en clase de Lenguaje, cuando entonces cursaba 2º de EGB. Llegué a aprendérmelo, pues me gustó mucho, pero con el tiempo el libro se perdió y en mi memoria sólo quedaban algunas partes y una difusa historia. Cuando tenía 17 años mi curiosidad me llevó a buscarlo por las enciclopedias, pues para mí aún no existía internet. Lo encontré en una de ellas, pero no esta versión, sino la del Conde Olinos. Unos años más tarde conseguí una pequeña enciclopedia sobre los clásicos de la literatura española, y en el volúmen de la edad media lo encontré tal como lo leí por primera vez y como aquí lo presento. Hoy en día se puede encontrar en muchas páginas de internet. Aunque siempre me quedará la satisfacción de conocerlo y recuperarlo por clásicos libros.